Actualizado 21-Febrero-2019
Indígenas en la Región Amazónica de Colombia
La Amazonia constituye un extenso territorio, en su mayoría selvático, que cubre el 35% del territorio nacional y el 61% de los bosques naturales en Colombia. Allí viven 44 pueblos indígenas.
Administrativamente tiene una superficie de 403.348 kilómetros cuadrados en lo que corresponde a los departamentos de Amazonas, Caquetá, Guainía, Vaupés y Putumayo. La Amazonia colombiana representa el 8% de la región Internacional de la Amazonia.
La amazonia colombiana corresponde en su mayoría a bosque húmedo tropical (bht) con precipitación anual entre 2500 y 4000 milímetros cúbicos, temperatura mediana de 25 grados centígrados, humedad relativa hasta del 80% especialmente en el pie de monte.
Historia de la Región Amazónica de Colombia
La región permaneció relativamente marginada de la vida del resto de la nación. Históricamente fue región de enclaves extractivos de recursos naturales y de la labor misionera de grupos religiosos. Durante el periodo de la Colonia se intento la colonización de algunos lugares del pie de monte este es el caso del alto Caquetá y Putumayo donde los jesuitas, desde el Siglo XVII hasta su expulsión en 1767, incursionaron sobre la “nación de los Encabellados” nombre que le dieron a los Tukano Occidental.
Conformada la República, lo extenso del territorio, las dificultades de acceso y la dispersión de la población aborigen obstaculizaron la incorporación de estos extensos territorios a la vida y economía del país. No obstante estas circunstancias, la esclavización forzada de los indígenas a causa del auge de la extracción de caucho ocasionaron un etnocidio en el que casi desaparecen muchos pueblos que fueron sometidos a condiciones esclavas de trabajo.
El auge cauchero, que dio lugar a abusos y excesos de violencia como las de la tristemente famosa Casa Arana –Peruvian Amazon Rubber Company-, que ocasionó la muerte entre 1900 y 1910, de cerca de 40.000 indígenas (Pineda 1998:34). Las denuncias del cónsul británico Roger Casement en 1910 y una campaña internacional contra las atrocidades de los Arana, llevaron a la liquidación de la compañía en 1912. la disputa con los intereses de los caucheros llevó al país, en 1932, a un conflicto bélico con el Perú, que una vez resulto, hizo que el Estado se ocupara de este territorio y de la suerte de los indígenas.
En 1956, la Caja Agraria se ocupó del fenómeno de la colonización abriendo frentes en el Caquetá (La Mono, Maguaré y Valparaíso) y el Ariari. Allí la Caja apoyó el traslado, entre 1959 y 1961, de cerca de 1.300 familias (Dainco, 1977:44). En 1963 el Incora se hizo cargo de estos frentes impulsando además procesos de colonización desde el piedemonte, en Arauca y el Putumayo, departamento este último en donde se desarrollaría luego una intensa actividad petrolera que estimuló la colonización y diezmó los territorios de los pueblos Cofán e Inga. Procesos de colonización vivieron los Koraguaje del Caquetá y los Guayabero del Guaviare.
Distribución de la población en el territorio
Al norte, en la frontera con Venezuela y Brasil, viven los pueblos Curripaco y Puinave. El norte de esta zona, entre la cuenca sur del río Vichada y la cuenca del río Guaviare, corresponde a la llamada selva transicional (Domínguez, 1978) en la que viven los pueblos Piaroa, Piapoco. Siguiendo hacia el sur, el departamento del Guainía conforma un extenso territorio reconocido legalmente como resguardo, pero que vive la presión constante de una frontera imprecisa conformada por buscadores de oro de Colombia y Brasil.
En el centro de la Amazonia, asentada sobre el escudo de la Guayana (Guayana Colombiana) se encuentra el Complejo Cultural del Vaupés conformado por una gran diversidad de pueblos, que practican la exogamia obligatoria, que es también exogamia lingüística. Estos pueblos tienen sus tierras legalizadas en un gran resguardo indígena. En la actualidad corren el eventual peligro de una expansión de un frente colonizador, muy dinámico, situado al oeste del territorio, sobre el río Guaviare, ligado hoy en día al cultivo ilícito de la coca. A este complejo cultural pertenecen, entre otros, los pueblos Tucano, Desano y Cubeo y el pueblo Nukak de gran movilidad espacial, que vive en los interfluvios de los grandes ríos de la región. Al sur de esta zona está otro conjunto de pueblos asentados sobre los ríos Apaporis y Mirití.
Al sur del río Caquetá sobre la planicie terciaria y cuaternaria (“Planicie Amazónica”), viven los pueblos Uitoto y Ticuna.
Al suroeste sobre el piedemonte amazónico, viven los sobrevivientes de lo que constituyo en el pasado el Complejo Cultural Tucano Occidental. El asentamiento y avance del proceso de colonización se tradujo en pérdida y fragmentación de los territorios de los pueblos Koreguaje, Siona y Cofán.
Economìa en la Región Amazonica
Los pueblos amazónicos en su mayoría viven de las actividades hortícolas desarrolladas en áreas que son rozadas, quemadas y cultivadas conocidas como Chagras. En ellas siembran variedades de yuca, en especial la yuca amarga para hacer con ella la fariña (harina) y el cazabe (torta), alimentos fundamentales de la dieta indígena, variedades de ñame, chontaduro, banano, mafaja, ají, caimo, aguacate, piña, calabaza, papaya, anonáceas, lulo, marañon. Algunos grupos cultivan caña de azúcar, maíz y unos pocos cacao. Al suroeste de la región es importante en la alimentación el plátano. Cultivan para el consumo ritual, tabaco, arbustos de coca y el bejuco yajé.
Completan esta actividad económica las actividades de la caza, la pesca y la recolección de frutos y materiales útiles, de origen silvestre. En algunas comunidades se ha introducido la cría de especies menores especialmente gallinas y cerdos para el comercio.
Los pueblos Macú dependen para su subsistencia de la caza y recolección. Los otros pueblos , por su condición de ribereños, de la horticultura y la pesca.
Cazan dantas, chigüiros, armadillos, armadillos cachicamos, perros de agua, nutrias, monos churuco, monos araguato, venados, zainos, ardillas, lapas, picures, cafuches, babillas, aves, como loros, tucanes, pajuiles. Para la caza usan arcos y flechas, arpones y trampas. También cerbatanas cuyas flechas envenenan con el curare para paralizar las presas.
La pesca se hace mediante el uso de flechas, arpones, zagallas, nasas, tranpas llamadas Kakure y anzuelos libres o en espineles y réndales. Se utiliza también para la pesca una amplia variedad de barbascos, plantas toxicas. Se pescan especies, entre muchas, como el bocón, la palometa, el bocachico, la sapuara, la payara, la cachama, el valentón, el carajo y el pabón. Los ríos ricos en pesca son escasos, son los llamados ríos blancos, ricos en nutrientes como el Caquetá, el Guaviare y el Putumayo, que nacen en los Andes. Los ríos negros que nacen en la selva son ácidos y pobres en nutrientes y su fauna acuática es menor.
Recolectan para el consumo larvas, hormigas, miel de abejas, tubérculos y frutos silvestres como los de la palma milpesos, la palma canangucha, los árboles de guamos, etc.
Algunos grupos se han especializado en producir artefactos de gran calidad para intercambiar con otros pueblos. Los Curripaco y Puinave fabrican excelentes ralladores de yuca; los tres pueblos Macú son especialistas en el tejido de canastos de carrizo y ollas de arcilla muy apreciadas, los Tucano bancos de madera de una sola pieza, los Koraguaje tejen mochilas de cumare. Otros grupos fabrican morteros para macerar la coca o para pilar granos y carne.
Los excedentes agrícolas y de pesca suelen redistribuirse ritualmente en fiestas de alianza entre pueblos a través del llamado dabucurí. Algunos pueblos, como los Macú, trabajan ocasionalmente para otros grupos para la obtención de sal u otros productos necesarios en el medio amazónico de valor ritual.
Organización Social en la Región Amazónica
Hay una división estricta de las labores por sexo. Los hombres talan el bosque, fabrican las armas tradicionales, instrumentos musicales, hamacas de cumare, chambira u otras fibras, cierto tipo de cestería como los balayes y cebucanes o matafríos (un exprimidor de yuca) y canoas; las mujeres siembran y mantienen los cultivos, fabrican recipientes de barro y los budare, fogones para hacer las tortas de cazabe, la mayor parte de los objetos de cestería y procesa los alimentos. La cacería y la pesca definen el papel masculino.
Los pueblos indígenas amazónicos viven en complejas organizaciones, jerárquicas, repartidas en linajes patrilineales de carácter exogámico. Antiguamente y algunos todavía viven así, cada grupo, con sus linajes o clanes viven en una o más malokas, éstas todavía son viviendas colectivas y espacios rituales donde ejerce dominio el Dueño de Maloca, hombre jaguar o chamán del grupo, llamado también Payé o Curaca, depositario de la tradición y los rituales.
Algunos de estos pueblos tienen carreras ceremoniales que hacen de una persona cantor, ejecutante de un baile particular, tocar los tambores de maguaré, llevar un tipo especial de máscara, etc. El matrimonio se hace preferentemente con personas de grupo étnico diferente. Esta estrategia de alianzas e intercambio matrimonial ha sido un factor decisivo en la recuperación demográfica y supervivencia de los pueblos indígenas. La educación de los niños se hace dentro de los grupos domésticos.
En los rituales se utilizan plantas sagradas. Algunas como el tabaco, tiene una compleja preparación y se consume en forma líquida o en resina (ambil); de la coca se consumen las hojas luego de ser tostadas, maceradas y pulverizadas. Para rituales especiales consumen el yajé. Los Siona y Cofán consumen la sabia del bejuco yoco, un estimulante. Estimulantes y alucinógenos de las familias Brugmansia (borrachero) y Brunfelsia también son utilizados.
Para muchos de estos pueblos el ritual del Yuruparí recuerda y revive los elementos fundamentales de su cosmovisión. Los instrumentos musicales más utilizados son las flautas, carrizos, cascabeles, pitos de caracol, sonajas de concha de tortuga y maracas. Al sur de la región, los Uitoto y Muinane utilizan los tambores maguaré, hembra y macho, hechos a partir de troncos ahuecados, para comunicarse a largas distancias.
Con excepción del suroeste de la región, donde las gentes Tucano Occidental (Siona, Koraguaje, Cofán, Inga, etc.), utilizaban túnicas como vestido (cusma) en la gran región amazónica los hombres vestían pampanilla o guayaco y las mujeres un pequeño delantal. Hoy en día, para toda la región se ha impuesto el vestido occidental.
Fuente:
Los Pueblos Indígenas de Colombia – Desarrollo y Territorio. TM Editores en Coedición con el Departamento Nacional de Planeación. 1997. Pag. 126-127
Publicado 07-Agosto-2010